Fortuño tiene problemas con la verdad

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Por José Arsenio Torres
15 de septiembre de 2008

A decir del eminente crítico cultural inglés Mathew Arnold, la lógica constituye la ética de la inteligencia. Considerada esa lógica a lo largo del tiempo, se convierte en consistencia, en voluntad de verdad apegada a los hechos. Anotada la diferencia que existe entre las verdades científicas o teóricas y las prácticas, que se refieren a la acción política o ética, estas últimas distan mucho, sin embargo, de ser arbitrarias, hijas de las ganas o la mera ambición.La responsabilidad ante la naturaleza objetiva de los hechos sociales exige pulcritud, honestidad intelectual, en otras palabras, lógica y consistencia.El gobernador de Puerto Rico, con arreglo a su condición de portavoz de su gobierno, está regido por un cuadro de cifras, números, estadísticas oficiales fácilmente constatables. Son su destino, y no puede desheredarlas, por constituir éstas el marco común objetivo, de referencia obligada para todos los participantes en el discurso público. En ese mundo la verdad y la mentira son fácilmente constatables. Por ello, no obligan sólo al Gobernador, sino a todos los candidatos que profesen integridad, honestidad intelectual.Las consideraciones arriba indicadas deben representar un marco común de juicio para todos los candidatos en la presente campaña política, especialmente para los candidatos a la gobernación, por la primacía de su responsabilidad intelectual y moral, y por el poder de que está o pueda estar revestido.En las ciencias teóricas, la verdad cae siempre cara o cruz: las cosas son o no son de tal o cual manera. En el mundo político la cosa es más compleja, y la moneda de la verdad no es nunca unívoca, es decir, de la misma manera —cara o cruz, cierta o falsa— sino que regularmente cae de canto, algo de verdad envuelta en una mentira, o algo de mentira dentro de un cuadro general que pudiera llamarse verdadero. Pasemos ahora a algunas aplicaciones de lo que llevo dicho a la campaña de Luis Fortuño.En primer lugar, el cambio prometido. Busquémoslo en el cuadro de persona político que lo rodea, el suyo y el que heredó de Pedro Rosselló, contra cuya figura se reclama el cambio. ¿Hay alguien en Puerto Rico que pueda creer que ha cambiado algo, en estilo y personal, en la transición de Pedro Rosselló a Luis Fortuño? Es lo mismo y son los mismos, envueltos todos en una guerrilla de maledicencia que debe avergonzar a todo el que tenga vergüenza.Su cuadro legislativo, a más revelaciones, no puede descender más. La dirección de su campaña está gravemente comprometida —moral y legalmente— en la persona de Angel Cintrón, para no hablar de su comisionado electoral Edwin Mundo, a quien entre quijada y quijada le caben mil contratos leoninos. ¿Es con ese equipo que Fortuño va a adecentar el gobierno? Con estos ejemplos huelga mencionar el resto de la jauría PNP.El equipo político y administrativo de Pedro Rosselló está en las cárceles por actos de corrupción cometidos después de llegar al gobierno , el equipo de Fortuño ha comenzado desde antes de pretender formar gobierno. Mientras Angel Cintrón y Edwin Mundo figuren de portavoces de Fortuño, y Jorge de Castro Font siga documentando la putrefacción del equipo de Fortuño, el reclamo suyo al poder se hace peligroso, en guerra avisada.Lo anterior, como planteo general de cambio. Vamos ahora a los detalles, como decía un viejo amigo de la noticia, Aníbal González Irizarry. Fortuño solicita el poder para conjurar todos los males del País, que él superficial y banalmente atribuye a Aníbal Acevedo Vilá. En tal gestión afirma que todos los procesos de recesión económica constituyen una falta personal del Gobernador. Pero se va a la Convención Republicana, donde le asignan como a papagayo cinco minutos para que lea un papel que le escriben, y dice que allá se trata de un requiebro nacional y mundial no atribuible a George Bush. Aterriza en Puerto Rico y vuelve al sonsonete de Aníbal como causa personal de todos los males. ¡Problemas de Fortuño con la verdad!Fortuño promete villas y castillos sobre el Centro Médico, y promete enfatizar la prevención, mientras apoya incondicionalmente a las aseguradoras de salud en su desgarre del presupuesto, de espaldas a la educación médica, la prevención y la continuidad de los servicios.Aplaude la nacionalización de las casas garantizadoras de hipotecas —Fannie Mae y Freddie Mac— como una medida necesaria por un gobierno responsable, mientras acá promete desmantelar las funciones de gobierno en la prestación de servicios, recortando empleados públicos a troche y moche. Mientras le falla la campaña publicitaria de superficialidades y chucherías —ofreciendo las obras que ya están en proceso, como el Superpuerto de Ponce y los trenes de Caguas y Carolina— utiliza en radio y televisión a unos niñitos que no saben lo que están diciendo, para hacer argumentos económicos que no puede sustentar en un plano intelectual serio. Eso es sencillamente maltrato de menores. Le pregunto a Luis Fortuño si no existen para el límites en su ambición de poder. ¿Son los hijos suyos los que usa en esa campaña mendaz y de mal gusto?Hablar, comprar anuncios, es una cosa. Gobernar es otra. Requiere inteligencia, carácter, firmeza inclusive frente a los suyos, y sobre todo honestidad intelectual. Hay cosas más importantes que el poder político fugaz como definición del liderato y de la persona humana misma.Los problemas de Luis Fortuño con la verdad se han ilustrado de manera patente y patética con su conducta débil y temblorosa frente al reto que le ha lanzado Jorge de Castro Font, que no sólo cargó a Kenneth McClintock como presidente del Senado, sino que cargó la candidatura de Fortuño al propiciar la detención política de Pedro Rosselló.Por eso cuando De Castro conmina a Fortuño a que se calle, éste se calla y se esconde, demostrando su debilidad como líder. La pregunta se cae de la mata: si Luis Fortuño no puede administrar el bochinche de De Castro Font, ¿cómo podrá enfrentarse a los problemas serios del País, a los políticos norteamericanos, y a las mafias privadas de los grandes intereses a quienes les coge el dinero y tendrá que pagarles un día?