Por José Arsenio Torres 29 de septiembre de 2008 05:00 am
Aparte de las posturas que definen a Luis Fortuño como candidato a gobernador, tales como la privatización de los servidores públicos, la americanización a la trágala, y la corporatización privada como panacea de todos nuestros males colectivos, todo el País conoce el estribillo demagógico del "bolsillo del pueblo", afectado como está por la crisis económica de los Estados Unidos, y por el saboteo legislativo PNP de las propuestas fiscales y económicas del Gobernador.
Lo primero constituye la ideología política conservadora, cuando no reaccionaria, del señor Fortuño, repudiada hoy tajantemente por el Congreso y el pueblo de los Estados Unidos, frente al derrumbe financiero que esa política ha causado en la economía americana.Lo segundo –la teoría del bolsillo vacío que él le va a llenar a todos los puertorriqueños– constituye un "pescaíto" demagógico crudo, porque más allá de sus simplismos personalistas contra el Gobernador, no explica en absoluto cómo va a realizar ese milagro de multiplicación de los panes y los peces, como Jesús de Nazaret frente a la multitud hambrienta que lo escuchaba. Se trata del segundo mesías en el PNP en muy breve plazo. Se supone que los verdaderos mesías asciendan a los cielos. Los falsos hay que derrotarlos.No cabe duda que el bolsillo del pueblo ha sufrido los efectos del encarecimiento universal del petróleo, de los alimentos, de la transportación, y de todos los artículos y servicios que en cadena resultan del encarecimiento del petróleo y todos sus derivados, producto de un oligopolio mundial –precios fijados por unos pocos–, y de la cadena especulativa de los inversionistas y especuladores.El pueblo debe saber dónde es que Fortuño tiene los pozos de petróleo cuyos precios bajarían a partir del próximo 2 de enero, si el pueblo llegara a creerle.
Sería bueno también que las Juntas de Directores de la Autoridad de Energía Eléctrica y su Director Jorge Rodríguez, tanto como sus equivalentes en la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, le explicaran al pueblo por qué ahora no pueden reducir los precios del agua y de la energía eléctrica y cómo sería esto posible a partir de enero. Sería aleccionador para todo el pueblo que el Gobernador mismo convoque a estos ejecutivos a una mesa redonda con la prensa, para que le expliquen al pueblo por qué no han bajado esos precios y por qué es o no posible bajarlos en enero.Si estos directores no están jugando un juego político partidista desleal al Gobernador, le deben esa explicación y esa comparecencia al País. Todo lo anterior es aplicable a los otros servicios y consumos del pueblo la Cámara de Comercio y sus líderes, Elliot Rivera en especial, deben explicarle al pueblo por qué venden tan caro sus artículos. O si es el Gobernador quien los obliga a ello. Lo mismo debe hacer el señor Benjamín Negrón, el líder de MIDA, a ver si sus precios se le fijan desde Fortaleza.Porque la demagogia y la mentira de que el Gobernador es quien le ha esquilmado el bolsillo al pueblo consumidor, por el alza en el precio de los servicios públicos y privados –cuando los privados han subido más que los públicos– hasta la fecha ha contado con la complicidad mezquina del sector comercial privado, cuyos precios son, sin duda, más costosos para el bolsillo del pueblo que los servicios públicos, por la clásica milla.Ahora bien, que basten por ahora estas indicaciones sobre las superficialidades demagógicas y oportunistas de Luis Fortuño, y de sus socios, públicos o agazapados en y fuera del gobierno, para desenmascarar la barata teoría del bolsillo del pueblo, que Fortuño llenaría, de enero en adelante. Veamos brevemente la marcada diferencia existente entre ese "bolsillo del pueblo" de que habla Fortuño, con el "bolsillo de Fortuño" que la prensa, la Comisión Electoral y el Partido Popular han ido revelando, con dolor, como quien extrae muelas sin anestesia.Sobre lo anterior, dije la semana antipasada en ese espacio que Fortuño tiene graves problemas con la verdad. La semana pasado escribí que tenía serios problemas con el dinero. El mismo hombre que airadamente le exigió a De Castro Font la renuncia para salvar la transparencia –la apariencia, por lo menos, de honestidad, se ha vuelto un bailarín de café de tercera cuando se le ha solicitado información sobre sus finanzas y las de su esposa.Información, data, eso es todo. Ha ofrecido cifras a medias, y se niega a explicar sus andanzas de empresario desarrollista, que según información oficial en mi poder andan por una inversión de $1,222,675 –un millón doscientos veintidós mil seiscientos setenta y cinco mil dólares, en dos compañías de bienes raíces que han multiplicado su valor exponencialmente, desde que Fortuño es Comisionado Residente. A esos números hay que añadir dos residencias opulentas, una en Virginia –de $1,650 mil– un millón seiscientos cincuenta mil dólares, y otra residencia en Guaynabo, Puerto Rico, con un valor informado de $1,700,000 –un millón setecientos mil dólares.De los $3,350,000 arriba apuntados, reclama deudas hipotecarias por $1,491,798. La pregunta del pueblo debe ser, necesita mi candidato a gobernador dos millonarias residencias, cuando la inmensa mayoría de nuestra gente es pobre, o vive en casuchas o en modestas residencias llenas de deudas. ¿Es esa la persona que me va a gobernar, con la sensibilidad y el despego moral por la riqueza que demanda un gobernante democrático en un pueblo pobre? ¿Es ese el que está condolido hasta las lágrimas, que la agencia de publicidad le recomienda fingir, por mi pobreza, por mi bolsillo?A la vista está, la semana pasada, mientras el Gobernador enfrentaba el sufrimiento del pueblo como resultado de las lluvias, Fortuño se reunía en Nueva York con un club de millonarios, buscando dineros. Que recuerde –y conozco a Aníbal Acevedo Vilá desde niño–, el dinero no ha sido la motivación fundamental de su vida. Servidor público toda su vida, ha estado siempre al borde de la pobreza, mientras ofrecía su enorme talento al País, casi de gratis. En las tres ramas de gobierno.Al cabo de todo ese trayecto de servicio público, cuenta con un capital neto de $579,743, mucho menos de una quinta parte del de Fortuño. ¡Por sus frutos los conoceréis! La avaricia económica no es la mejor motivación para gobernar a un pueblo pobre. ¿En favor de cuál bolsillo está Fortuño?
http://fortunoylasfuerzasnegativas.blogspot.com
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