lunes, 4 de abril de 2011

Alejandro García Padilla, Presidente Partido Popular Democrático


Saludos,

El movimiento de futuro que comenzó en Humacao el 6 de marzo, sigue su marcha intensamente. No he descansado un solo día en mi agenda de trabajo y en mi contacto directo con la gente; gente de cada rincón de Puerto Rico, de todas las clases sociales, incluso de todos los partidos políticos. Ustedes saben mejor que nadie que Puerto Rico va por mal camino y nos toca a nosotros, en el Partido Popular, cumplir la misión histórica de devolver la prosperidad económica, la paz y el entusiasmo de un mejor futuro.

Es con ese ánimo de trabajo y con ese compromiso de asegurar la victoria en el 2012 que hoy asumo el puesto de Presidente del Partido Popular Democrático. No me mueve el deseo de derrotar a un candidato o a un grupo de personas. El enemigo nuestro no es otro puertorriqueño. El enemigo es el desempleo, el crimen, la educación deficiente, el abuso de los derechos, y la salud no atendida. Contra esos enemigos vamos a librar una batalla que vamos a ganar. Les aseguro de que a partir de noviembre de 2012, el Gobierno servirá a todos los puertorriqueños, sin excusas, con soluciones, con empleos, y seguridad en las calles.

Asumo esta presidencia para ganar con PUERTO RICO y por PUERTO RICO. Por eso te he invitado a que te unas a mí en este camino hacia la victoria. Que nos entreguemos en alma y corazón a esta tarea, que no va a ser fácil. Tengo plena confianza en ustedes y cuento con ustedes para recuperar nuestra capacidad de construir el futuro.

Los partidos son organismos vivos. Pasan por épocas victoriosas en las que encaminan al país con imaginación y sentido del porvenir. Pero a veces extravían un poco el rumbo y la sintonía con lo que el pueblo percibe y espera. En el pasado hemos caído en esos trances difíciles pero nos hemos levantado. Por la perseverancia y el trabajo de los que no se dejan amilanar por las crisis sino que aprenden de ellas.

En estos momentos en que asumo la presidencia del Partido Popular reconozco el esfuerzo generoso y desprendido de Héctor Ferrer en estos pasados meses. Por haber encaminado la reorganización de nuestro partido; por ser una voz firme y valiente contra la opresión de este gobierno. Pero sobre todo, por ser un Popular de corazón. ¡Héctor, gracias! Sé que el Partido Popular puede contar contigo, pues en tu ánimo no entra el interés personal, ni la búsqueda de posiciones, premios, o títulos. Sé que lo que te mueve es el deseo de trabajar fuerte para asegurar, junto a todo nuestro partido, un gran triunfo en el 2012.

En las semanas que han transcurrido desde nuestra reunión en Humacao, el gobierno ha seguido con su agenda de destrucción. Las quiebras han aumentado; los despedidos también. Aumenta el costo de los alimentos y de la gasolina. Y no es sólo el precio del petróleo. Lo que anda mal es el gobierno. ¿Qué han hecho desde enero de 2009 para revertir el decrecimiento en el desarrollo económico? ¿Qué han hecho para enderezar el país, para ponerlo en la dirección correcta?

La estadística fatídica de homicidios sigue con ritmo rampante. ¿Qué han hecho para enfrentar este espiral de violencia que le duele tanto a Puerto Rico aparte de echarle la culpa a la gente por no hablar? ¿Qué se ha adelantado en la lucha contra las drogas? ¿En atraer inversiones y puestos de trabajo para Puerto Rico? NADA. No sólo los precios se han multiplicado; las penas y la incertidumbre también. Estamos cansados de excusas. Con los pretextos no se come; con las excusas no se repara el dolor de las familias rotas.

Cuando ustedes y yo sigamos caminando por pueblos, ciudades y campos de este País nos vamos a encontrar con mucha gente. Nos preguntarán muchas cosas. Nos exigirán respuestas. No se vale cualquier respuesta para salir del paso; no se vale ningún embeleco para crear falsas ilusiones. Vamos a ir con la verdad. Asumir responsabilidades cuando haya que hacerlo; pintar el cuadro más realista de la situación y deliberar junto a las personas sobre las maneras en que podrían aliviarse muchas de las dificultades que enfrentan nuestros conciudadanos.

Tenemos que hacer otras cosas en nuestros recorridos y reuniones. Una muy urgente es lograr el mayor número de inscripciones posibles. En el 2008, hubo más de 100,000 electores que fueron a primarias pero que luego no fueron a votar en las elecciones generales. Esta campaña para recuperar un País, debe comenzar por recuperar la confianza de la gente en el proceso electoral. Cada inscripción representa más que un voto. Cada inscripción representa una esperanza de cambio.

Estas elecciones no pueden ser sólo para tumbar a alguien, para derrotar un partido. Son para trabajar por un país mejor, que podamos ver en positivo, no en el negativo en que lo han sumido. Se eligió un mal gobierno en 2008; ahora tenemos que elegir un buen gobierno. Cada inscripción representa una oportunidad para comunicar eso.

Tenemos que comunicar que las dificultades no se han de acabar en un santiamén pero que vamos a ponernos en el camino correcto para superarlas. Tenemos que comunicar que habrán de surgir nuevos retos pero que podemos anticipar, planificar e invertir para responder adecuadamente. Tenemos que comunicar que en este empeño estamos todos involucrados, que nadie se puede quedar en la casa, que nadie debe quedarse fuera de esta historia. Inscribir es involucrar.

Con cada inscripción, con cada elector involucrado en la recuperación del país, ha de integrarse un mejor Puerto Rico. En el fondo, este es la función más sagrada de la inscripción: abrir el camino a un país en el que nos integremos todos en mejorar las vidas de los puertorriqueños, las de cada cual y sus familias y las vidas de los demás y sus familias.

Este trabajo es esencial para que nuestro partido pueda cumplir su misión. Por esa razón, no se trata nada más de tocar una puerta y repartir una propaganda. No es sólo llamar o enviar un correo electrónico a los que dejaron de ser electores que se reincorporen a la lista. Todos nosotros, que somos el corazón de este partido, tenemos el deber de que cada inscripción sea un contacto, que cada contacto se convierta en un ciudadano o ciudadana involucrado; que cada ciudadano o ciudadana involucrado se integre al nuevo proyecto de país.

Con los jóvenes que se inscriben como electores nuevos tenemos un compromiso adicional: que su primera participación electoral no sea un gesto en vano, que no sea el primero y el último de sus votos. Que consideremos sus ideas, que escuchemos sus sugerencias sin condescendencia; que valoremos el uso creativo de las redes sociales y de los nuevos medios para rejuvenecer los mensajes y los proyectos.

La campaña por la inscripción de nuevos electores y de electores inactivos es pues un proceso de comunicación. De transmitir ideas y de recibirlas. De infundir confianza y de ganarse la confianza. Vamos a volver a crecer, vamos a latir con mayor ahínco, vamos a poner toda nuestra mente en esta tarea. Vamos a poner, como le corresponde al Partido Popular Democrático, todo el corazón.

Cuento contigo para lograr estos objetivos y devolverle el rumbo de prosperidad y paz a nuestro amado Puerto Rico. Apreciaré tus ideas y recomendaciones. Mantenme informado en la página www.ppdpr.net.

Cuentas siempre conmigo. Con Puerto Rico y por Puerto Rico.

Alejandro García Padilla
Presidente
Partido Popular Democrático

miércoles, 24 de junio de 2009

El Fortuñismo sin máscaras

Por José Arsenio Torres

Las campañas políticas en una democracia, bajo condiciones de sociedad de masas, constituyen bailes de máscaras. Las agencias de publicidad, por dinero, expropian a los candidatos sus conciencias, o lo que verdaderamente son, y los fabrican a la medida de su estimado de la incapacidad del pueblo para distinguir los lobos de las ovejas.De ahí que la oferta electoral se convierte en una banasta de chucherías – o de grandes obras prospectivas- a espaldas de su viabilidad económica o social. Luego, al ganar la contienda electoral, basta con reclamar ignorancia de la verdadera situación del país cuando se hicieron las promesas, y se excusa el engaño.Acabo de describir el modelo político de Luis Fortuño. Constituye una variación del modelo de Pedro Rosselló, que justificó la era de corrupción que dirigió desde Fortaleza, con más de 40 ladrones confesos en las cárceles federales, sus más íntimos allegados y subalternos, con la cruda mentira de que él no sabía nada de lo que estaba ocurriendo frente a sus narices.Cuando se le quitó la careta a Pedro Rosselló, perdió las próximas elecciones, las del 2004. Aún así por ahí anda todavía amarrándole matojos aLuis Fortuño –con lazos que todavía le proveen Thomas Rivera Schatz y Primitivo Aponte. El baile sigue igual, con nueva máscaras, y nuevos actores simulando lo que no son.El actor principal ahora es Luis Fortuño, y se presenta con una máscara modificada frente a la de Rosselló: no la de grandes obras, costosas e improvisadas, sino de éstas y las correspondientes alianzas con el nuevo factor de nuestra penuria económica y social: el sector privado, creado por el Partido Popular y el patriotismo democrático de don Luis Muñoz Marín, y que ahora muerde la mano que lo crió y alimentó aún con todo y su estrafalario desempeño. Se trata ahora de adorar a de Dios infalible de Luis Fortuño y su club de marcianos endógenos, los americuchos y blancusinos de la nueva oligarquía.La careta de Luis Fortuño no es como la túnica de Jesús. Que se decía de una sola pieza. Tiene muchas, estrellas, la que encubría los despidos, ;a que abole los permisos, y la que consagra la entrega del bien común a los intereses privados, en el frente económico que linda con lo social y comunitario, tenemos la máscara populista en la campaña política- usada al presentarse ante las comunidades de Caño de Martín Peña, ahora hecha añicos por voluntad unánime de los legisladores PNP en ambas Cámaras, con un guiño afirmativo de Fortuño, que analizaremos en una próxima columna.Vamos a la máscara de los despidos. Sólo uno, dijo en la campaña, mientras planeaba 40 mil y lo está haciendo. ¿Es explicable, por ignorancia reclamada, una diferencia de esa magnitud? La mentira planeada, cínica, es la única explicación.Ese asalto e importante valor, como la dignidad del trabajo y la necesidad del empleo que la hace posible, no es compatible con ningún cristianismo práctico, que se dice profesar, aunque se trate de un catolicón de catedral. Ese asalto a valores fundamentales va acompañado de un crudo escamoteo de derechos adquiridos en el servicio público, mediante un criterio puramente mecánico y contable en mano de un club de técnicos incultos e insensibles.Ofende a la lógica y a la ética a un tiempo que todo esto transcurre y se justifica mientras tanto Fortuño como Pierluisi justifican las actividades económicas privadas de sus respectivas esposas: una notoria notaria, por un lado, y una banquera por el otro, otro Carrión, sin límites para hacer negocios con las agencias que dirige Fortuño, por un lado, y por el otro con los bancos beneficiarios de las políticas de Fortuño, por el otro.Ahora bien, el acto de autodevelación más crudo y literal del fortuñista lo proveyó la semana pasada ese genio importado de Desarrollo Económico que se llama José Pérez Riera. Añadiéndole pique a su ataque al movimiento laboral del viernes primero, en el sentido de que servía a agendas escondidas, de que no pasarían, y otras amenazas, la semana pasada este objeto volador no identificado le dijo a sus cuates del sector privado –Cámara de Comercio, desarrolladores, constructores, banqueros, aseguradoras e importadores- que el País era ellos. No del pueblo, sino de ellos, del sector privado allí aplaudiéndole como con panderetas de avivamiento pentecostal.Enterado de la torpeza de esas declaraciones, Fortuño dijo que el País era de todos. Los políticos marrulleros aclararon que el muchacho es más americano que puertorriqueño y que tiene problemas con el español. ¡Qué defensa!La filosofía implícita, pero a flor de labios, de esta camarillla de trepadores económicos, es sencilla: dinero que se gasta en servicios, es eso mismo, gasto. Mientras dinero que va a la ganancia privada, con recursos públicos, es eso mismo, ganancias. Eso es tan sencillo gramaticalmente como falso y estúpido en un sentido económico, para no hablar de su torpeza moral.Falta otra prenda, recientemente caída de la máscara fortuñista. Me refiero al anuncio del genio que dirige Corrección, un tal Carlos Molina, en el sentido de que su agenciase tornará, así, porque él lo dice, en una institución universitaria, al servicio de los presos. Y no sólo eso, sino que se constituirá en un seminario evangélico para producir pastores y ministros.Me pregunta: ¿sabe este señor lo que es una institución universitaria? ¿Ha leído la Carta de Derechos de nuestra Constitución que prohibe el uso de fondos públicos para fines religiosos, entre otros fines privados? ¿No sabe nada de la separación –completa- de la iglesia y el estado? No hay duda, ¡Nos invadieron los UFOS!

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lunes, 13 de octubre de 2008

Fortuño la secuela de Romero y Rossello




Corrupción antes… y corrupción después de la gobernación

Por José Arsenio Torres
13 de octubre de 2008

Empecemos por la conclusión, para no perdernos, y repechemos luego, desde los hechos y los argumentos del análisis de hoy. Pedro Rosselló llegó a la gobernación con reclamos de racionalidad, programas y proyectos transformadores, buenos o funestos en sus consecuencias, pero llegó sano, sin el peso muerto de una corrupción anunciada, como es patentemente el caso de Luis Fortuño.Soy testigo de excepción de esa diferencia. Durante el año y medio que formé parte del primer Gabinete Ejecutivo de Pedro Rosselló observé a un líder ejecutivo racional y eficiente. Tan así, que toda la alta cúpula de su partido lo acusó de impolítico, de cirujano en Fortaleza, que no hacía las porquerías que todos esperaban del líder máximo del PNP.Tanto va el cántaro a la quebrada hasta que se rompe. Y Rosselló cedió a los apetitos de la mafia política de su tribu, y se convirtió en el propiciador de la ola, del tsunami de corrupción sin antecedente alguno comparable, en los anteriores quinientos años de nuestra historia.El hombre sucumbió a los apetitos de los empresarios, constructores, desarrolladores, aseguradoras y banqueros, de hambres acumuladas durante muchos años, incluyendo los años de Carlos Romero Barceló, de quien puede decir todo menos que dirigiera un programa sistemático de corrupción. Porque sus taras morales son otras, pero no el peculado, como le llaman en Latinoamérica. Esa tragedia personal selló a Rosselló como el Fujimori de Puerto Rico.Al salir de la gobernación dejó en las cárceles o en las cortes más de cuarenta pilletes de entre sus más allegados cómplices. Y todo, a más de propensiones de carácter, porque se metió a político, sin manejar las artes de la prudencia. El balance fue cenizas. Pero… pero… recuerde el lector que todo eso ocurrió después, empezando un año y medio después, de llegar Pedro Rosselló a la gobernación.Es de suponer, a base de mi fe democrática de carbonero —que el pueblo tiene buen sentido sobre el bien y el mal políticos— que de haber el pueblo sabido que Rosselló se convertiría en el monstruo amoral en que se convirtió, nunca hubiese consentido en enviarlo a Fortaleza, a custodiar y a usar los dineros amargamente sudados por los contribuyentes.En la vida histórica, política y ética, el pueblo raramente tiene una segunda oportunidad para ejercer su discreción sobre situaciones comparables. La oportunidad de juicio que no tuvo en el 1992, porque Rosselló era una ficha y una cara nueva en política, y andaba solo, en busca del respaldo del pueblo diz que para la estadidad, la tiene ahora, más que advertido y ante hechos indiscutibles, de que otro mesías —Luis Fortuño— le está ofreciendo una pareja salvación, hacia otra tierra prometida que fluye leche y miel.En el mundillo de Luis Fortuño, Puerto Rico es una entidad aislada en medio del Caribe, con una economía independiente de los Estados Unidos y del mundo. Su retracción económica, financiera y fiscal es obra de un solo hombre malo que quiere hacerle daño a su pueblo. Se trata de un pensamiento mágico, en el mejor de los casos. O de un pensamiento pueril, en el peor.En todo caso, se trata de un pensamiento —si puede honrarse con esa palabra sus balbuceos infantiles— ignorante, en caso de atribuírsele buena fe, que yo no le atribuyo, porque se trata de una ambición desmedida que desconoce cánones de verdad, de austeridad personal, de respeto a la dignidad e inteligencia del pueblo.Yo no pienso que en 1992 Pedro Rosselló quiso engañar al País. Lo que decía era lo que había en su cabeza y en su ánimo. Pero un año y medio más tarde se transformó, no su carácter, sino su programa, su método político, su concepto de lo que podía hacer con un pueblo crédulo y manso. Para ello se hizo rodear de la pandilla de delincuentes públicos más amoral y destructiva de nuestra historia.¿Quiénes? Los cuarenta y pico de presos y los que quedaron fuera disfrutando el botín del rossellato: Por ahí andan, dirigiendo a Fortuño, recogiéndole el dinero con el que se engatusa al pueblo, dirigiéndole la campaña, cabildeando por los grandes intereses desde la campaña de Fortuño: los Rodríguez Ema, los Ivar Pietri, los Andrés Guillemard, y docenas de otros “sospechosos usuales”. Eso en cuanto a los del grupo íntimo de Fortuño. Por fuera, los Rivera Schatz, las Norma Burgos, los primitivo Aponte.En otras palabras, los hombres y mujeres de Rosselló, hablando de cambio. El único cambio visible consiste en el hecho de que la corrupción de Rosselló ocurrió después de año y medio en la gobernación, mientras que la corrupción de Fortuño no esperó a llegar a Fortaleza, si el pueblo es tan torpe como para no leerlo a tiempo.Pretender llegar al poder rodeado de primitivo Aponte, Angel Cintrón, Guillermo Zúñiga, Ivar Pietri, Rodríguez Ema, Rivera Schatz, los dos narcolegisladores —Martínez y Lornna Soto—, y llamarle cambio a ese endoso a la corrupción, sobrepuja todo entendimiento.El dato fundamental de esta campaña, a tres semanas de expresarse el pueblo sobre las alternativas, es que Luis Fortuño no percibe intelectualmente la diferencia entre el interés público y el interés privado. Ni entre la función pública y el empresarismo privado. O no lo siente moralmente.Porque sus defensas —primero negación y después defensas— de las conductas de sus agentes políticos Guillermo Zúñiga, Angel Cintrón y otros no tiene otra explicación. No se trata de ladrones burdos tipo Misla Aldarondo o Víctor Fajardo, sino de abogados listos, pillines.Retrata a Fortuño de cuerpo entero desde mucho antes de la opción gubernatorial, si este pueblo quisiera liquidar lo que le queda de vergüenza, o la parte que no se robó el rossellato.En el momento en que las teorías de Bush y Fortuño —desmontar el gobierno y entregarle el País al gran colmillú— han rodado por tierra y sus falsos profetas de ayer claman por un rescate por el gobierno con los dineros del pueblo, Fortuño viene a predicarle a este País la misma teología del capitalismo a la trágala. Cuando el pueblo sienta la soga al cuello, ¿a dónde acudirá? Al gobierno que Fortuño quiere destruir, privatizándolo. Estamos a tiempo. A tres semanas de tiempo.

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martes, 30 de septiembre de 2008

El bolsillo del pueblo y el bolsillo de Fortuño

Por José Arsenio Torres 29 de septiembre de 2008 05:00 am

Aparte de las posturas que definen a Luis Fortuño como candidato a gobernador, tales como la privatización de los servidores públicos, la americanización a la trágala, y la corporatización privada como panacea de todos nuestros males colectivos, todo el País conoce el estribillo demagógico del "bolsillo del pueblo", afectado como está por la crisis económica de los Estados Unidos, y por el saboteo legislativo PNP de las propuestas fiscales y económicas del Gobernador.
Lo primero constituye la ideología política conservadora, cuando no reaccionaria, del señor Fortuño, repudiada hoy tajantemente por el Congreso y el pueblo de los Estados Unidos, frente al derrumbe financiero que esa política ha causado en la economía americana.Lo segundo –la teoría del bolsillo vacío que él le va a llenar a todos los puertorriqueños– constituye un "pescaíto" demagógico crudo, porque más allá de sus simplismos personalistas contra el Gobernador, no explica en absoluto cómo va a realizar ese milagro de multiplicación de los panes y los peces, como Jesús de Nazaret frente a la multitud hambrienta que lo escuchaba. Se trata del segundo mesías en el PNP en muy breve plazo. Se supone que los verdaderos mesías asciendan a los cielos. Los falsos hay que derrotarlos.No cabe duda que el bolsillo del pueblo ha sufrido los efectos del encarecimiento universal del petróleo, de los alimentos, de la transportación, y de todos los artículos y servicios que en cadena resultan del encarecimiento del petróleo y todos sus derivados, producto de un oligopolio mundial –precios fijados por unos pocos–, y de la cadena especulativa de los inversionistas y especuladores.El pueblo debe saber dónde es que Fortuño tiene los pozos de petróleo cuyos precios bajarían a partir del próximo 2 de enero, si el pueblo llegara a creerle.
Sería bueno también que las Juntas de Directores de la Autoridad de Energía Eléctrica y su Director Jorge Rodríguez, tanto como sus equivalentes en la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, le explicaran al pueblo por qué ahora no pueden reducir los precios del agua y de la energía eléctrica y cómo sería esto posible a partir de enero. Sería aleccionador para todo el pueblo que el Gobernador mismo convoque a estos ejecutivos a una mesa redonda con la prensa, para que le expliquen al pueblo por qué no han bajado esos precios y por qué es o no posible bajarlos en enero.Si estos directores no están jugando un juego político partidista desleal al Gobernador, le deben esa explicación y esa comparecencia al País. Todo lo anterior es aplicable a los otros servicios y consumos del pueblo la Cámara de Comercio y sus líderes, Elliot Rivera en especial, deben explicarle al pueblo por qué venden tan caro sus artículos. O si es el Gobernador quien los obliga a ello. Lo mismo debe hacer el señor Benjamín Negrón, el líder de MIDA, a ver si sus precios se le fijan desde Fortaleza.Porque la demagogia y la mentira de que el Gobernador es quien le ha esquilmado el bolsillo al pueblo consumidor, por el alza en el precio de los servicios públicos y privados –cuando los privados han subido más que los públicos– hasta la fecha ha contado con la complicidad mezquina del sector comercial privado, cuyos precios son, sin duda, más costosos para el bolsillo del pueblo que los servicios públicos, por la clásica milla.Ahora bien, que basten por ahora estas indicaciones sobre las superficialidades demagógicas y oportunistas de Luis Fortuño, y de sus socios, públicos o agazapados en y fuera del gobierno, para desenmascarar la barata teoría del bolsillo del pueblo, que Fortuño llenaría, de enero en adelante. Veamos brevemente la marcada diferencia existente entre ese "bolsillo del pueblo" de que habla Fortuño, con el "bolsillo de Fortuño" que la prensa, la Comisión Electoral y el Partido Popular han ido revelando, con dolor, como quien extrae muelas sin anestesia.Sobre lo anterior, dije la semana antipasada en ese espacio que Fortuño tiene graves problemas con la verdad. La semana pasado escribí que tenía serios problemas con el dinero. El mismo hombre que airadamente le exigió a De Castro Font la renuncia para salvar la transparencia –la apariencia, por lo menos, de honestidad, se ha vuelto un bailarín de café de tercera cuando se le ha solicitado información sobre sus finanzas y las de su esposa.Información, data, eso es todo. Ha ofrecido cifras a medias, y se niega a explicar sus andanzas de empresario desarrollista, que según información oficial en mi poder andan por una inversión de $1,222,675 –un millón doscientos veintidós mil seiscientos setenta y cinco mil dólares, en dos compañías de bienes raíces que han multiplicado su valor exponencialmente, desde que Fortuño es Comisionado Residente. A esos números hay que añadir dos residencias opulentas, una en Virginia –de $1,650 mil– un millón seiscientos cincuenta mil dólares, y otra residencia en Guaynabo, Puerto Rico, con un valor informado de $1,700,000 –un millón setecientos mil dólares.De los $3,350,000 arriba apuntados, reclama deudas hipotecarias por $1,491,798. La pregunta del pueblo debe ser, necesita mi candidato a gobernador dos millonarias residencias, cuando la inmensa mayoría de nuestra gente es pobre, o vive en casuchas o en modestas residencias llenas de deudas. ¿Es esa la persona que me va a gobernar, con la sensibilidad y el despego moral por la riqueza que demanda un gobernante democrático en un pueblo pobre? ¿Es ese el que está condolido hasta las lágrimas, que la agencia de publicidad le recomienda fingir, por mi pobreza, por mi bolsillo?A la vista está, la semana pasada, mientras el Gobernador enfrentaba el sufrimiento del pueblo como resultado de las lluvias, Fortuño se reunía en Nueva York con un club de millonarios, buscando dineros. Que recuerde –y conozco a Aníbal Acevedo Vilá desde niño–, el dinero no ha sido la motivación fundamental de su vida. Servidor público toda su vida, ha estado siempre al borde de la pobreza, mientras ofrecía su enorme talento al País, casi de gratis. En las tres ramas de gobierno.Al cabo de todo ese trayecto de servicio público, cuenta con un capital neto de $579,743, mucho menos de una quinta parte del de Fortuño. ¡Por sus frutos los conoceréis! La avaricia económica no es la mejor motivación para gobernar a un pueblo pobre. ¿En favor de cuál bolsillo está Fortuño?


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lunes, 29 de septiembre de 2008

Se hunden las acciones

El desplome es mayor al récord de los puntos perdidos después de los ataques terroristas del 2001.

Por TIM PARADIS/AP NUEVA YORK — Los peores temores de Wall Street se materializaron hoy en una sesión en la que el índice industrial Dow Jones se desplomó casi 780 puntos luego que la Cámara de Representantes rechazara el plan gubernamental de rescate financiero.Los mercados de crédito, cuya agitación ayudó a azuzar la angustia del mercado accionario, se congelaron aún más ante la creencia de que el país avanza rumbo a una crisis económica y crediticia cada vez más grave.

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Los perplejos inversionistas observaban las pantallas de televisión en el piso de intercambios, que transmitían la votación de los representantes, al tiempo que los precios de sus acciones caían en sus monitores.El movimiento en el piso era frenético al tiempo que las órdenes de “venta” se escuchaban por todas partes.El Dow Jones fue el reflejo de la desolación en el mercado. El índice industrial sobrepasó por mucho su récord anterior de pérdidas en un día, de 684.81 unidades, ocurrida en la primera jornada tras los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001.Se vendieron tantas acciones que sólo 162 títulos reportaron un avance en la Bolsa de Valores de Nueva York, mientras que 3,073 descendieron.Se necesita un estado de temor extraordinario para que se dé una reacción de ese tipo en Wall Street. La preocupación ahora es que ante la incertidumbre del plan de rescate por $700,000 millones, nadie sabe cómo se recuperará el sector financiero debilitado por deudas multimillonarias en deudas hipotecarias incobrables.Los bancos tienen demasiado temor como para hacer préstamos, incluyendo los destinados a otros bancos.Aunque los inversionistas no consideraban al plan como la panacea, y entendieron que se necesitarían meses para que se sintieran sus efectos, la mayoría de los analistas del mercado lo tomaron como el inicio para establecer el orden en la economía luego de la crisis crediticia, que comenzó hace más de un año y se ha extendido internacionalmente.“Es claro que se necesita hacer algo y el hecho que el mercado pierda 400 puntos en 10 minutos lo expresa”, dijo Chris Johnson, presidente del grupo de investigación Johnson Research Group. “Este no es un mercado para los tímidos”.El rechazo del plan surge entre otras señales de qué tan atribulado se encuentra el sistema financiero del país. Antes de que el intercambio comenzara se anunció que Wachovia Corp., uno de los mayores bancos en apuros por el aumento de sus pérdidas hipotecarias, sería rescatado por medio de una compra de Citigroup Inc.El anuncio fue hecho poco tiempo después de la venta obligada de Merrill Lynch & Co. y la caída de otros tres gigantes bancarios: Bear Stearns Cos., Washington Mutual Inc. y Lehman Brothers Holdings Inc., que en todos los casos fueron arrastrados por malas inversiones en hipotecas.De modo que la pregunta ahora es: ¿Cuáles bancos son los siguientes? y ¿cuántos? La aseguradora Federal Deposit Insurance Corp. posee una lista de unos 110 bancos que enfrentaban dificultades en el segundo trimestre del año, y esa cantidad seguramente aumentó en el tercer trimestre.Según estimaciones preliminares, el Dow Jones perdió 777.68 puntos (6.98%) a 10,365.45 unidades.El desplome también es mayor al récord de los 721.56 puntos perdidos en las primeras 24 horas después de los ataques terroristas del 2001. Sin embargo, en términos porcentuales, el retroceso continuó siendo bastante menor que las pérdidas de más de 20% en el Lunes Negro de 1987 y en la Gran Depresión.Los indicadores más amplios también retrocedieron. El índice Standard & Poor’s 500 retrocedió 106.85 (8.81%) a 1,106.42.El índice compuesto Nasdaq perdió 199.61 puntos (9.14%) a 1,983.73 unidades.El índice Russell 2000, que agrupa a las compañías más pequeñas que cotizan en la bolsa, descendió 47.07 (6.68%) a 657.72 unidades.Un enorme retroceso en los precios del petróleo fue otro de los indicadores del caos económico al que temen los inversionistas. El crudo ligero de bajo contenido sulfuroso perdió $10.52, estableciéndose en $96.36 por barril en la Bolsa Mercantil de Nueva York.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Crisis aguda: quiebra el mayor banco en la historia de EEUU

26 de septiembre de 2008, 09:43 AM

NUEVA YORK (AP) - A medida que se aviva en Washington el debate sobre un monumental rescate bancario de 700.000 millones de dólares, uno de los mayores bancos de la nación _Washington Mutual Inc._ se desplomó bajo la carga de sus abultadas apuestas fallidas en el mercado hipotecario.

La Corporación Federal de Seguro de Depósitos, FDIC, se hizo cargo el jueves del banco y después vendió las operaciones bancarias a JPMorgan Chase & Co. por 1.900 millones de dólares.
El Washington Mutual (WaMu), fundado en 1889, es el mayor banco que quiebra en la historia del país.
Sus bienes por 307.000 millones de dólares eclipsan por mucho los 40.000 millones del Continental Illinois National Bank, que quebró en 1984, y los 32.000 millones de dólares de IndyMac, de la que el gobierno se hizo cargo en julio.
Un aspecto positivo es que la venta a JPMorgan Chase impide que se agoten los fondos del FDIC, pero ese detalle apenas bastará para aliviar las tribulaciones de los consumidores que ven reducirse el crédito y disminuir sus portafolios en medio de la crisis financiera más profunda desde la gran depresión de la década de 1930.
Debido al galopante deterioro de los créditos hipotecarios otorgados por WaMu y otros bienes no productivos, JPMorgan piensa descontar con cargo a pérdidas el portafolio hipotecario de WaMu en unos 31.000 millones de dólares, una cifra que podría variar si el gobierno federal procede con su plan de rescate y JPMorgan decide utilizar esa oferta.
"Apoyamos lo que el gobierno está haciendo, pero no dependemos de ello. Lo habríamos hecho de todos modos", dijo el director general de JPMorgan, Jamie Dimon, en una conferencia telefónica el jueves por la noche refiriéndose a la adquisición. Dimon dijo no saber si JPMorgan aprovechará el rescate financiero.
WaMu es la segunda adquisición que hace JPMorgan este año de una institución financiera grande abrumada por las malas apuestas hipotecarias. En marzo, adquirió el banco de inversiones Bear Stearns Co. por 1.400 millones de dólares, además de 900 millones en acciones antes del acuerdo a fin de asegurárselo.
JPMorgan pasa ahora a ser el segundo mayor banco de Estados Unidos después del Bank of America Corp., que recientemente adquirió Merrill Lynch en un vértigo de acontecimientos que incluyó la quiebra de Lehman Brothers Holdings Inc. y de American International Group Inc., el mayor asegurador del mundo.
La caída de WaMu se había anticipado desde hace tiempo debido a las fuertes pérdidas de la compañía en el mercado hipotecario.


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